Blog

It is our purpose to generate content with social and development value, to seek to generate knowledge and active participation around issues of common interest.

Agenda de empleo inclusivo, clave para cerrar las brechas de desigualdad a las que se enfrentan las mujeres

En el caso de las mujeres, el país ha avanzado en proveer las condiciones para su acceso a distintos servicios de educación, intermediación y empleo, sin embargo, los logros están aún condicionados por barreras que disminuyen su probabilidad de tránsito de la escuela hasta el trabajo, además de las condiciones inequitativas en que las mujeres están vinculadas en el mercado laboral. Las cifras son contundentes en evidenciar las diferencias entre hombres y mujeres respecto al acceso a ocupaciones de mayor remuneración, ingresos por labores equivalentes o acceso a posiciones directivas

En el Día Internacional de la Mujer, en Fundación Corona creemos que es crucial que, en complemento a la agenda tradicional de empleo, se posicione una agenda amplia de empleo inclusivo, que tenga como protagonistas a las poblaciones que enfrentan más barreras para acceder y mantenerse en el mercado laboral, entre esas las mujeres y que ponga su mirada en las trayectorias de educación hacia el empleo de manera comprensiva.

El acceso al empleo está condicionado por lo que ocurre en las trayectorias de educación, formación posmedia, intermediación y empleo. En la medida que las personas acceden de manera oportuna a servicios de calidad a través de estos tramos, podrán tener resultados concretos respecto a la potenciación de competencias y capacidades y acceso a información. En este sentido hay que tener una perspectiva más amplia de lo que está pasando en el tránsito de las mujeres desde la escuela hasta el empleo, pues, aunque las cifras muestran hoy por hoy que las mujeres se educan más y tienen mayor éxito en materia de educación que los hombres, consiguen menos empleos que estos.

La probabilidad de ingresar y permanecer en el mercado laboral formal está fuertemente relacionada con la posibilidad de graduarse de la educación media. Ejemplo de esto es que, en Colombia, de acuerdo con cifras recogidas en el Informe Nacional de Empleo Inclusivo (INEI) completar la educación secundaria se asocia con un aumento en el ingreso laboral de los 16 puntos porcentuales en comparación con no hacerlo. Esta situación se profundiza en el caso de mujeres indígenas, afro, víctimas de la violencia o en zonas donde las tasas de educación media tienen baja cobertura. Otras situaciones como embarazo adolescente o labores de cuidado del hogar hacen que muchas mujeres deserten de manera temprana de la educación básica o media.

En materia de intermediación, aunque las mujeres aplican más para acceder a empleo a través de agencias o servicios gubernamentales, los hombres son los que consiguen más trabajo. Cifras de 2018 del Observatorio Laboral para la Educación muestran que la probabilidad de colocarse en un empleo a través de la oferta formal de intermediación en Colombia fue 1,7 veces mayor para los hombres que para las mujeres.

Las mujeres son una de las poblaciones más afectadas por la pandemia de la Covid-19, en enero de 2021, la cifra general de desempleo en Colombia fue de 17,3%, mientras que para las mujeres fue de 20,4%. Aun hay sesgos de género en materia laboral, pues todavía existen sectores u oficios “masculinizados”. De acuerdo con información del Banco Interamericano de Desarrrollo, las mujeres tienden a segregarse en sectores tradicionalmente considerados como femeninos, los cuales suelen ser de baja remuneración. Así, mientras que casi el 30% de las mujeres trabajan en los sectores vinculados al cuidado (educación, salud y trabajo doméstico), entre los hombres estos sectores solo ocupan al 6% de los trabajadores. En contraste, sectores como la agricultura o la construcción ocupan a más del 30% de hombres y solo al 8% de las mujeres. Según el DANE, en 2019 las mujeres percibieron ingresos laborales mensuales 12,9% menores que los hombres.

“Hay un reto muy importante en materia de calidad y pertinencia de la formación de las mujeres para el trabajo, existen desafíos en impulsar a que ellas estudien carreras como por ejemplo de nuevas tecnologías de la información y programación que hoy están siendo altamente demandadas por el mercado” dice Laura Lozano, Coordinadora del Modelo de Empleo Inclusivo de Fundación Corona.

Trabajar para reducir las brechas que enfrentan las mujeres, implica fortalecer los servicios de educación, formación, intermediación y empleo, trabajar con las entidades territoriales para ajustar política pública, incentivar y cambiar la percepción que se tiene acerca del rol de las mujeres dentro de las organizaciones y hacer que las empresas además de vincular mujeres a un trabajo estable, estas puedan alcanzar cargos directivos, tenga ingresos de acuerdo a sus estudios y así se mitigue la brecha salarial. Lo anterior también implica disponer de información y datos actualizados que permitan conocer a fondo el panorama de las mujeres y de otras poblaciones en los distintos sectores económicos, territorios, niveles de formación.

La plataforma Includere, de Fundación Corona y sus aliados, busca consolidar esta información desde una visión amplia de la problemática de empleo inclusivo en el país, con datos territoriales de poblaciones que enfrentan mayores barreras para acceder y permanecer en el empleo, aproximadamente para 64 ciudades o municipios; la caracterización del ecosistema de iniciativas y actores que trabajan en esta agenda, destacando iniciativas exitosas y buenas prácticas y documentos técnicos en una biblioteca que busca poner a disposición los avances adelantados por distintas organizaciones en las temáticas relacionadas con empleo inclusivo.

Es importante que la agenda de empleo inclusivo no se trabaje exclusivamente de manera individual o con las personas, sino que reconozca la importancia de cualificar los servicios de entidades que tienen un rol en la agenda, así como que se promueva la incidencia y el fortalecimiento de política pública en la que además participe, sector privado, academia, organizaciones de la sociedad civil, entre otras. De esta manera, trabajando de manera sistémica el ecosistema de empleo inclusivo, se puede contribuir a cerrar las brechas entre hombres y mujeres.