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Gobierno Abierto, un nuevo modelo de concebir la relación con el Estado

Gobierno Abierto, un nuevo modelo de concebir la relación con el Estado

Por: Mónica Villegas, Gerente Educación para la Participación Ciudadana

Problemas como la apatía ciudadana, la desconfianza de las instituciones frente a la participación de la ciudadanía en la gestión pública y la ausencia generalizada de procesos y herramientas de transparencia de las entidades públicas, son barreras que obstaculizan el fortalecimiento de la democracia.

Las encuestas realizadas por LAPOP (2017) reflejan a la corrupción como un problema endémico: 80 por ciento de los ciudadanos ha sido víctimas de la corrupción y alrededor del 60 por ciento cree que más de la mitad de los políticos son corruptos. A esto se le añade la poca credibilidad en el sistema político y sus instituciones, con niveles que bajaron a menos del 50 por ciento en los últimos 10 años.

Este panorama, se agudiza en Colombia con las cifras del Índice de Transparencia de las Entidades Públicas realizado Transparencia por Colombia que muestran que el riesgo de corrupción promedio de las instituciones nacionales aumentó de un 14,5 por ciento en 2014 a un 18,7 por ciento en 2016.

Sin embargo, es paradójico que, aunque conocemos a profundidad estos problemas, no se toman medidas pertinentes para atacarlos, y muchas veces las mismas soluciones continúan agudizando las problemáticas.

Esto requiere cambios de modelos que busquen transformaciones culturales para una gestión pública más transparente, participativa y colaborativa entre Estado y sociedad civil y el aprovechamiento de la tecnología que posibilite una comunicación e interacción de doble vía entre gobierno y ciudadanía.

Es aquí donde la implementación de un modelo de Gobierno Abierto (o un escenario ideal de Estado Abierto) cobra especial relevancia, pues es un tema que va más allá de una modalidad tradicional de gestión por parte del Gobierno, y cuya legitimidad depende de procesos democráticos representativos, y aborda de manera integral la participación ciudadana, la transparencia y las relaciones de manera horizontal y colaborativa.

Los fundamentos del Gobierno Abierto provienen del “Memorando sobre Transparencia y Gobierno Abierto”, el cual identificó los pilares para una transformación del Estado a nivel mundial.

La gestión y liderazgo del presidente Barack Obama en 2009 puso en ejecución la Alianza por el Gobierno Abierto, y se establecieron unos principios que generaron un impulso internacional promoviendo un compromiso para que los gobiernos de América Latina vean en el Gobierno Abierto una respuesta a los problemas de corrupción y apatía ciudadana en la gestión pública.

Para el caso colombiano el proceso de postconflicto ha generado una necesidad urgente por la trasformación del Estado, que en alguna medida se ha empezado a desarrollar de forma gradual a través de medidas puntuales que el Gobierno ha impulsado durante los últimos años.

Por ejemplo, la Política de Gobierno en Línea, resultado del primer periodo del gobierno Santos (2010 – 2014) y que ha evolucionado a la de Gobierno Digital en 2017; la creación de la Secretaría de Transparencia de la Presidencia a través del Decreto 4637 de 2011 , la Ley de Transparencia y acceso a la información pública del 2014 y la participación en el Índice de Gobierno Abierto (IGA).

En 2012 Colombia entra a hacer parte de la Alianza de Gobierno Abierto Colombia (AGA) que es una iniciativa multilateral voluntaria en la que participan más de 60 países, y el año pasado acordó el más reciente III Plan de Acción de gobierno abierto, siendo pasos en la dirección correcta, pero que aún son tímidos al representar una apuesta importante para impulsar una dinámica transformadora de gobierno abierto en Colombia.

Pese a los avances, llama la atención que en las campañas no haya sido un tema relevante en las agendas de los candidatos a la presidencia. Muchas de las propuestas seguían encaminadas a fortalecer procesos de gobierno digital (o gobierno en línea) o estrategias de transparencia con una visión encaminada a prevenir la corrupción.

Si bien este es el tema central e importante de fortalecer, los otros temas han sido débiles tales como la consolidación de una Política Pública de Estado Abierto para el país, la articulación de marcos normativos para lograr una visión coherente de todos los principios de que se promueven en el gobierno abierto y consolidación de iniciativas de gobierno abierto en el ámbito subnacional, entre otros.

El gobierno abierto ha sido un concepto ampliamente discutido en los últimos años, y que reconoce los beneficios que su implementación genera no solo en los ciudadanos sino en los gobiernos. Lo más importante es tener conciencia de los obstáculos y desafíos que deberán superarse para continuar avanzado hacia el escenario deseado.

Por todo ello, se requiere de una sociedad civil que implemente mecanismos que promuevan el interés de los ciudadanos por un mayor involucramiento en la gestión de lo público y que busquen garantizar una firme decisión política de los gobiernos comprometidos con valores de transparencia, participación y colaboración de la ciudadanía.

**Este artículo fué publicado originalmente en La Silla Vacia, el 17 de agosto de 2018.