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Entre relaciones e interacciones: Una forma de abordar los problemas sociales.

Entre relaciones e interacciones: Una forma de abordar los problemas sociales.

Los problemas sociales a los que nos enfrentamos día a día en el tercer sector siempre serán complejos, y, por ende, alcanzar su solución también lo será. Pero esto no debe desanimarnos. Para abordarlos y ayudar a mitigarlos, necesitamos comprender las relaciones e interacciones que se viven dentro de ellos. En este artículo les contamos de una herramienta muy útil para esta tarea.

Los problemas sociales a los que nos enfrentamos día a día en el tercer sector siempre serán complejos, y, por ende, alcanzar su solución también lo será. Pero esto no debe desanimarnos. Ellos son el resultado de la interacción, la interdependencia y las relaciones entre distintos individuos, organizaciones, comunidades, entre otros; que integran un mismo sistema social con el propósitod de alcanzar un fin común.

Por eso, cuando nos encontramos ante obstáculos que impiden alcanzar ese objetivo, la solución siempre estará ligada a mejorar la forma en que están interactuando todos los actores que componen dicho sistema. En otras palabras, nuestros esfuerzos serán en vano si intentamos resolver el problema entre una sola de las partes, o si tratamos de intervenir únicamente uno de los actores sin entender sus relaciones.

En nuestro trabajo diario como fundaciones, organizaciones, instituciones, etc. es común que esta teoría sea un poco difusa a la hora de vivir en la práctica los problemas sociales que queremos mitigar. Es por eso que existen herramientas para entender, identificar y evaluar oportunidades de mejora en las relaciones dentro de los sistemas, como el System Mapping o Mapeo de Sistemas de .

En esta ocasión les contaremos cómo este instrumento ha sido una herramienta útil para abordar los problemas sociales de forma integral, desde nuestro trabajo en la Fundación Corona.

El System Mapping consiste en la construcción de diferentes tipos de mapas (herramientas visuales) que facilitan la comprensión compartida de un problema y el análisis de las relaciones y las interacciones entre los integrantes de un sistema, para identificar las barreras o brechas que impiden alcanzar los mejores resultados posibles. Con base en los mapas dibujados se proponen intervenciones para que el sistema funcione mejor.

Hay varios tipos de mapas (diagramas, dibujos, flujogramas) que se pueden construir para entender un sistema social:

  1. Mapas de actores: que muestran las organizaciones y los individuos que hacen parte del sistema en cuestión y como se relacionan.
  2. Mapas mentales: para resaltar las tendencias en el ecosistema externo del sistema, que tienen una influencia directa sobre el mismo.
  3. Mapas de problema: muestran el contexto político, social y económico que afecta una región.
  4. Diagramas causales: que explican las relaciones causales entre las partes, evidenciando sus efectos positivos y negativos y como afectan el desempeño de un sistema.

Para construirlos, de acuerdo con es necesario tener presente los siguientes puntos:

Ahora pensemos en un problema al que se enfrenta nuestra sociedad: Según cifras recientes del DANE, 1 de cada 2 desempleados de nuestro país es un joven (lee nuestro artículo ). Este es uno de los mayores retos que hoy está llamando la atención en la agenda del país, y en el que distintos actores están realizando acciones para mitigar. En nuestro caso, en la Fundación Corona abordamos y buscamos contribuir a solucionar este problema desde la Educación Orientada al Trabajo, una de nuestras líneas de trabajo.

La Educación Orientada al Trabajo tiene como gran meta lograr que los jóvenes tengan mayores posibilidades de vincularse al mercado laboral y permanecer en opciones de empleo formales y estables. Este objetivo por sí solo es un resultado altamente deseable para toda la sociedad y que muchos estarían dichosos de alcanzar, sin embargo, la desarticulación entre las organizaciones que conforman este sistema, ha generado brechas y obstáculos que dificultan que un joven transite adecuadamente por él, para que logre pasar tranquilamente de la educación al empleo y permanezca en el mercado laboral.

En este sistema en específico, para incrementar el potencial del empleo de un joven es necesario tener muy claro cuáles son las necesidades de recurso humano que tienen las empresas y las competencias que deben tener las personas para responder a esas necesidades. Por otro lado, las instituciones educativas deben estar ofreciendo programas que sean pertinentes a las necesidades del mercado laboral, para que luego cuando el joven culmine su formación pueda ir a un centro de intermediación donde las empresas estén postulando sus vacantes y así pueda participar en un proceso de selección para un cargo en el que se requieran las competencias en las que se formó.

 

Es decir, este sistema que está compuesto principalmente por el mercado laboral, el sector productivo, el sector educativo, el gobierno nacional y local, entre otros; debe hablar un mismo lenguaje que permita que sus relaciones e interacciones fluyan de forma adecuada. Debe estar articulado y alienado para alcanzar su gran meta: la vinculación laboral de los jóvenes.

Pero no siempre la oferta de programas de las instituciones educativas está acorde a las necesidades de las empresas, como vemos en el mapa, lo que dificulta que las personas puedan conseguir trabajo y que las empresas puedan llenar sus vacantes; afectando los índices de empleo junto a la calidad de vida a la que pueden acceder las personas, y limitando la productividad del país.

Es acá cuando la herramienta de System Mapping cobra su utilidad. Para entender esto y ver cómo pueden comunicarse y relacionarse mejor los actores es necesario crear al menos 3 mapas:

  1. Un mapa para entender las relaciones actuales, y cuándo y con base en qué temas se comunican.
  2. Un mapa mejorado o ideal, en el que pudiéramos plasmar como serían las relaciones ideales. Este mapa nos permite diseñar algunas intervenciones, lineamientos y sugerencias para que las partes del sistema se relacionen de una forma más efectiva, entendiendo que insumos necesita cada actor del otro para prestar mejor sus servicios.
  3. Mapa final, para monitorear y revisar como esas relaciones se van modificando, hasta llegar a los niveles deseados. Pueden existir varios mapas posteriores a las intervenciones de ajuste al sistema, para evidenciar los cambios. 

 

Como vemos, el mapeo de sistemas es una herramienta clara para identificar y definir mejores formas de funcionamiento de los sistemas y de las relaciones entre sus actores, dándonos una guía para hacer cambios intencionales y monitorear que estos sucedan como esperamos, de modo que podamos tomar decisiones en tiempo real para modificar las conductas y alcanzar los resultados que requeridos.

Estos mapas pueden aplicarse a múltiples temas, desde los sistemas de transporte, la circulación de un individuo por el sistema de salud, el proceso que sigue una denuncia, y muchos otros que se nos ocurran. Y pueden ser tan amplios como queramos, podemos entender las relaciones propias entre los actores clave o incluso profundizar la comprensión, entendiendo como las leyes que los regulan, las condiciones y dinámicas económicas, las tendencias culturales y los valores, inciden en el funcionamiento y los procesos de toma de decisiones de las partes determinando los resultados que obtenemos en los mismos.

Si les interesa conocer más acerca del System Mapping, en la página de FSG pueden encontrar una

Ángela Escallón

Directora Fundación Corona

** Este artículo se publicó originalmente en la Silla Llena, 22 de julio de 2016.

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